Al parecer la extensión de contrato de Jim Caldwell no es tan extensa.
Según reporta Ian Rapoport de NFL Media, el acuerdo firmado entre los Lions y Caldwell en la pretemporada (y que se dio a conocer durante la temporada regular) es hasta el 2018, con una opción de contrato para el 2019 y más adelante.
Esta es una estrategia que le han puesto varios equipos a los contratos de sus coaches, ya que puede aparentar mayor estabilidad de la que realmente hay. El mejor ejemplo es Rex Ryan, que tenía un solo año garantizado después de la temporada 2014, y fue precisamente despedido al finalizar la campaña 2014.
La razón es sencilla: si el contrato de Caldwell está garantizado hasta el 2018, lo pueden despedir este año y solamente le deberán un año más de salario. Si le hubieran dado una extensión mayor entonces sería muy complicado pensar en despedirlo con múltiples años de salario pendientes.
El argumento de los Lions puede ser simple: se esperaba que este equipo compitiera por un boleto a playoffs, algo que está de momento en el plano de "necesita ayuda" para que se mantenga vivo. Si la oficina de los Lions ve esta temporada como un fracaso (que podría ser bastante fácil) seguramente podrían despedir a Caldwell sin mucho temor financiero.
Así que la famosa extensión que le daba seguridad laboral a Caldwell resultó no ser más que una imagen de falsa seguridad.
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